En días como hoy cunado la actualidad nacional se ve conmocionada por el debate de la calidad de la educación y se cuestiona la calidad de los docentes, se torna imperioso el expresar mi opinión respecto a como ser un buen docente.
El profesor es un profesional que tiene en sus manos la formación tanto intelectual como valórica de jóvenes y niños. Si analizamos y sopesamos esto nos damos cuenta que la calidad del profesor sin lugar a dudas tiene repercusiones impensadas para los alumnos y por ende para la sociedad futura.
Primero para poder ser un buen profesor estos tienen que tener claro que su trabajo es más que una entrega secuencial de conocimientos sino que implica un complejo desarrollo que involucra la contextualización de los conocimientos con factores tan influyentes como el ámbito social, el ambiente y el estrato socioeconómico entre otros. Una vez que el profesor tiene valorada la importancia del ambiente en el alumno debe considerar las formas de aprendizaje que tienen los diferentes jóvenes aplicando técnicas que permitan entregar objetivamente los contenidos y adaptándolos para que los alumnos con diversas capacidades puedan desarrollarse de forma integral. Esto solo se logra conjugando sus distintas habilidades educativas, didácticas e integradoras, las cuales ayudarán a formar un alumno integral para el futuro.
Un profesor debe ser claro, empático y tener una buena disposición con el fin de que sus alumnos logren tener confianza con su guía. Además con las continuas reformas en la educación, el docente debe necesariamente convertirse en un guía, en una persona que logre enfocar el trabajo de los alumnos estimulando las actitudes críticas y proactivas.
En conclusión existen muchas formas de llegar a ser un buen profesor, todo de pende de la forma de aplicación de las técnicas pedagógicas y la disposición que tenga el docente para poder desarrollar las diferentes habilidades de los alumnos.
El licenciado en educación y ciencias físicas y doctor en educación pedagógica el profesor Jorge Luis Herrera Fuente nos dice: “ La profesión con que más en contacto está el hombre a lo largo de su vida, aparte de la propia, es la de educador. Un tercio del período más activo de la vida media del ser humano, se lo pasa conducido por principios, leyes, y regularidades encontradas por la ciencia pedagógica y, de ella, mucho aprende.
Cuando un profesional de formación no pedagógica, por coyunturas sociales, termina siendo un profesor, se valdrá de su propio acervo pedagógico para impartir sus clases, aún cuando no tenga organizado estos conocimientos en un cuerpo teórico; si no ¿cómo lo hace?, y que conste, que muchos lo hacen muy bien. Que pruebe el médico a dirigir un proceso de producción, o al ingeniero a curar a un enfermo, sin embargo, ambos son capaces de enseñar. ¿Es acaso que
Con esto podemos darnos cuenta que la pedagogía, la buena pedagogía se relaciona plenamente con la experiencia y cuando se conjuga esto con la buena voluntad y la empatía obtenemos un docente que sin lugar a dudas entrega algo más que simples conocimientos, entrega formas de enfrentar la vida.